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3 consejos para mantener tu entrenamiento nocturno

3 Tips for Sticking to Your Evening Workout

Quizás una de las frases que has escuchado una y otra vez es que la mañana es el mejor momento para hacer ejercicio, lo cual tiene sentido. Sin embargo, se supone que debes hacerlo antes de involucrarte demasiado o de que surjan otras obligaciones. Si bien entrenar por la mañana puede ser la mejor opción para algunas personas, a otras simplemente les cuesta levantarse temprano e ir al gimnasio. A pesar de la creencia popular de que hacer ejercicio a altas horas de la noche puede dejar a uno demasiado excitado para descansar, parece que la actividad vespertina no necesariamente implica trastornos del sueño.

Los beneficios del ejercicio nocturno

Un nuevo estudio realizado por investigadores australianos sugirió que el sueño no se ve afectado directamente por algo tan energizante como el entrenamiento a intervalos de alta intensidad. Los participantes que se ejercitaron de 19:00 a 20:00 durmieron lo mismo esa noche que cuando entrenaron por la mañana o por la tarde. Por otro lado, entrenar a primera hora de la noche provocó una reducción de la hormona grelina, relacionada con el apetito. Por lo tanto, no solo podrás dormir tan bien como siempre, sino que también te sentirás menos inclinado a comer en exceso en la cena.

3 consejos para seguir con tus ejercicios nocturnos

1. Confíe en la motivación intrínseca.

Aunque trae buenas noticias para quienes no les gusta entrenar por la mañana, aún existe un obstáculo: debes asegurarte de seguir tu plan de ejercicios en la práctica, incluso después de una jornada laboral larga y estresante. Ahí es donde entra en juego la motivación intrínseca. Vale la pena reflexionar sobre por qué es importante entrenar. ¿Te hará más feliz y mejor pareja, o quieres mantenerte activo con tus hijos o vivir lo suficiente para ver a tus nietos? Conocer el motivo te proporciona un compromiso inquebrantable con tu entrenamiento nocturno.

2. Comprométete con tu hábito saludable.

Sin embargo, no puedes seguir confiando en tu fuerza de voluntad al final del día. Intenta evitar decirte que verás cómo te sientes después del trabajo, pues en ese caso nunca tendrás ganas de hacer ejercicio. Al contrario, comprométete con antelación. Por ejemplo, debes entrenar a las 5 p. m. los lunes, miércoles y viernes, pase lo que pase. Después de programarlo, considerarás el ejercicio nocturno como algo natural, no como una decisión que tengas que tomar por obligación.

3. Busca un horario que limite las excusas.

Otro consejo útil es asociar tus entrenamientos con eventos específicos. ¿Qué tal asistir a una clase de fitness a la que puedas acceder directamente desde la oficina? Esto es principalmente para evitar que tengas que volver a casa justo después del trabajo para encender la televisión o hacer recados. Así, puedes vincular la salida al trabajo con ir al gimnasio, que es esencial para convertirlo en un hábito. Estas herramientas, junto con la creencia de que entrenar más tarde no te hará dar vueltas en la cama durante horas, pueden convertir al más noctámbulo en un deportista habitual.

Tenga en cuenta que este blog no pretende sustituir el diagnóstico ni el tratamiento médico, sino únicamente con fines educativos. Consulte siempre a su médico antes de cambiar su dieta, modificar sus hábitos de sueño o comenzar una nueva rutina de ejercicios.

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